jueves, 20 de octubre de 2011

¿Cuándo vendrá Jesucristo de nuevo?

¿Cuándo vendrá Jesucristo de nuevo?

 

Nadie puede decir, con cierto grado de certeza, cuándo regresa Jesús, porque Él declaró con toda claridad que ni aun los ángeles del cielo sabían el día. “Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre”, Marcos 13:32.
 Podemos observar algunas señales, o indicios, de que su regreso se aproxima (Mateo 24:3; Lucas 21:7). Jesús dijo que habría guerras y rumores de guerras, revoluciones, hambrunas, enfermedades y terremotos en diferentes lugares (Mateo 24:6, 7; Lucas 21:10, 11). Habrá un incremento de la agitación y la anarquía, y finalmente aparecerá el anticristo (2 Tesalonicenses 2:3, 4). Muchos creyentes experimentarán un enfriamiento de su fe (Mateo 24:12). Habrá persecución de cristianos y un período de desorden general. Todas estas cosas están ya sucediendo con creciente frecuencia.

Muchos piensan que otro acontecimiento que debe suceder antes del retorno de Jesús es el restablecimiento del estado de Israel. El Israel histórico desapareció de la escena mundial hace muchos siglos, pero en 1948 se estableció un nuevo Israel. La reubicación de los judíos en Israel constituye una clara señal, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, de que nuestra era está por concluir (Lucas 21:24). El 6 de junio de 1967, los judíos tomaron control de toda Jerusalén por primera vez desde que la ciudad fue capturada por Nabucodonosor en 586 a.C., lo cual indica que la era del poder mundial de los gentiles llega a su fin.

Sin embargo, Jesús dijo que algo importante que anunciaría su regreso sería la proclamación de su evangelio en todo el mundo. “Y será predicado este Evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas ala s naciones; y entonces vendrá el fin”, Mateo 24:14.

Estas son las señales de los tiempos postreros. Siempre debemos estar preparados para el retorno del Señor, porque nadie sabe el día ni la hora en que ocurrirá.

Tesalonicenses 4:16, 17; 1 Corintios 15:51, 52; Mateo 24:40-42.
Zacarías 14:1-9; Mateo 24:30, 31; 2 Tesalonicenses 1:7; Tito 2:13; Judas 14, 15.

El secreto es la santidad

2 Corintios 7:1
¿Cuántas veces te has topado con una barrera mientras vas en busca de tus metas o anhelos?, creemos que vamos por buen camino, buscando eso que tanto anhelamos, y solo vemos obstáculos y problemas que no nos permiten alcanzar esos sueños o metas que queremos lograr en nuestra vida.

A veces tenemos alguna promesa o palabra que Dios nos ha dado y nos aferramos y luchamos por alcanzarla, oramos incansablemente, y peleamos por ella, pero conforme pasa el tiempo y vemos que no pasa nada positivo, si no, que por el contrario, más se aleja de nosotros, es cuando empezamos a rendirnos y dejar de lado esas promesas tan preciosas que El Señor nos dio. Solo podemos ver una gran barrera de problemas y pruebas que esta frente a nosotros, y nos impide el paso hacia nuestro anhelo, y sabes que?, detrás de esa gran barrera esta eso que tanto quieres alcanzar.

Pero, que difícil es tratar de cruzar esa muralla y no lograrlo, que difícil es insistir e insistir y ver que parece hacerse más grande, cada vez más lejos de nuestro anhelo, sin fuerzas para seguir luchando, pero, ¿estaremos haciendo lo correcto para atravesar el muro?, hay algo que podemos hacer para que esta muralla empiece a verse mas pequeña, para lograr cruzar y apoderarnos de nuestro sueño. La palabra de Dios nos dice que el secreto para lograr vencer esas barreras, es la santidad, esto no quiere decir que no podemos hablar de cierta manera, o ponerme cierta ropa o hacer ciertas cosas, la santidad quiere decir apartarse del pecado, no contaminarnos con las cosas del mundo, alejarme de las cosas que no agradan a Dios.

En 2 Corintios 7:1, la palabra de Dios nos dice: “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”, en este versículo Dios nos dice algunas cosas que debemos hacer:

Nos habla de promesas, esas promesas que están el la palabra para todos los que en el creyeren y las promesas que Dios en alguna oportunidad nos ha dado a cada uno.

El Señor nos dice que ya que tenemos esas promesas debemos limpiarnos de toda contaminación de carne y de espíritu, debemos alejarnos de todo aquello que pueda ser de contaminación para nuestro cuerpo, y además debemos buscar cada día más la presencia de Dios, orando, ayunando, pidiendo su misericordia, para limpiar nuestro espíritu y para lograr apartarnos de todo lo que a Él no le agrada.

Dios nos dice que debemos perfeccionarnos en la santidad en el temor de Dios, debemos progresar constantemente en la santidad no por agradarse a uno mismo, o por lo que dirán las personas que nos rodean, sino con el temor de Dios, buscando siempre de su presencia y creyendo que solo con su ayuda lo podremos lograr.

Si ya tenemos las promesas, es nada mas de alejarnos de toda contaminación y tratar de ser irreprensibles en santidad delante de Dios, como dice la Biblia en 1 Tesalonicenses 3:13.
Según Josué 1:5-9, hay algunas cosas que nos pueden ayudar a acercarnos a esta santidad que Dios nos pide:

Esforzarse: Josué 1:6, esfuerzo quiere decir, emplear toda nuestra fuerza, para conseguir algo, venciendo dificultades, debemos esforzarnos para lograr primero la santidad que Dios nos pide para alcanzar nuestros anhelos, si estamos esforzados las pruebas que nos topamos en el camino serán mas fácil de vencer.

Ser valiente: Josué 1:6, valentía es ejecutar un hecho con valor, si queremos lograr atravesar la muralla que interfiere con nuestro sueño, debemos ser valientes, para que ninguna prueba o para que la misma muralla no nos aparte del camino que llevamos para lograr nuestro objetivo, además es tan importante ser valiente que Dios no lo recalca en los versículo 7 y 9.

Nunca apartarnos de la ley: Josué 1:8, El Señor Jesús nos manda a que nunca nos apartemos de la ley, ósea la Biblia, mas bien nos dice que de día y de noche meditemos en ella, para que guardemos y hagamos todo lo que esta escrito, esto hará prosperar nuestro camino y todo nos saldrá bien. No debemos apartar nuestra vida de la palabra de Dios, en ella están todas las respuestas que necesitamos para vivir mejor.

Y si somos esforzados, valientes, no nos apartamos de la ley y buscamos día a día la santidad, Dios nos dice en Josué 1:5, que El siempre estará con nosotros y nunca nos dejará ni nos desamparará, con la ayuda de Dios vamos a lograr primero alcanzar esa santidad que El tanto nos pide, además de atravesar la muralla que nos impide el paso para lograr nuestras metas, logros, objetivos, anhelos, llámalo como quieras, pero al otro lado de esa muralla, están los frutos de tu esfuerzo, eso que siempre has deseado, esas promesas que llevas guardadas en tu corazón con tanto amor, solo busca la santidad y antes de los que creas lograras que esa barrera empiece a hacerse mas pequeña.

Si no estamos en santidad como Dios quiere, El nunca nos permitirá ver mas allá de esa barrera, te lo puedes imaginar?, estar muy cerca de alcanzar esa promesa y por no ser obedientes a Dios no poder disfrutarla, nos quedaremos viendo para siempre esa muralla.

Anímate a buscar esa santidad que El Señor Jesús nos pide, es el secreto para que logres lo que tanto anhelas, no te arrepentirás.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Dios todavía nos habla

Un joven había estado en el estudio bíblico del miércoles a la noche. El pastor había hablado de escuchar y obedecer la voz del Señor. El joven no pudo evitar pensar, ¿Dios habla con la gente hoy? Después del servicio, salió con unos amigos a tomar un café y comentaron el mensaje. Varios contaron cómo Dios los había guiado en diversas oportunidades. Ya eran las 10 de la noche cuando el joven emprendió el regreso hacia su casa.
 
Sentado en el auto comenzó a orar: "Dios, si todavía hablas con la gente... por favor háblame a mí. Yo te voy a escuchar. Voy a hacer todo lo que pueda por obedecerte." Mientras manejaba por la calle principal de su ciudad, tuvo un pensamiento extraño: parar y comprar un litro de leche. Sacudió la cabeza y dijo en voz alta "¿Dios, eres tu?" Como no obtuvo respuesta, siguió camino hacia su casa. Pero, nuevamente el pensamiento: "compra un litro de leche".
 
El joven recordó como el pequeño Samuel no reconocía la voz del Señor y acudía a pedirle ayuda a Elí. "Esta bien, Dios, en caso de que seas vos, voy a comprar la leche." No parecía una prueba muy difícil de obediencia. La leche siempre es útil. Se detuvo, compró el litro de leche y siguió camino hacia su casa. Cuando estaba por pasar la calle 7, sintió de nuevo el impulso, "Dobla en esta esquina." "Esto es una locura", pensó y pasó de largo la intersección. De nuevo, tuvo la sensación de que debía haber doblado en la calle 7. Así que en la siguiente intersección dobló y volvió hacia la calle 7. Medio en broma dijo en voz alta, " OK Dios, así lo haré ".
 
Anduvo por varias cuadras, cuando de repente sintió que tenía que parar. Estacionó y miró a su alrededor. Estaba en una zona semi-comercial de la ciudad. No era de las mejores, pero tampoco era lo peor. Los negocios estaban cerrados y la mayoría de las casas estaban oscuras, como si sus habitantes ya se hubieran ido a dormir. Otra vez sintió algo, "Anda y dale la leche a la gente de la casa de enfrente. El joven miró la casa. Estaba oscura y daba la impresión de que la gente se había ido o estaba durmiendo. Empezó a abrir la puerta y se volvió a sentar en el auto. "Dios, esto es una locura. Esa gente debe de estar durmiendo y si los despierto se van a enojar y yo voy a quedar como un estúpido " Nuevamente sintió que debía ir y darles la leche. Finalmente, abrió la puerta del auto y dijo "Está bien, Dios, si eres tu, voy a ir y les voy a dar la leche. Si quieres que quede como un loco, está bien. Quiero ser obediente. Supongo que eso servirá de algo pero si no me contestan rápido, me voy." Cruzó la calle y tocó el timbre.
 
Se escuchaban ruidos que venían desde adentro. Un hombre gritó: "¿Quién es? ¿Qué quiere?" Y la puerta se abrió antes de que el joven pudiera salir disparando. El hombre que abrió tenía jeans y una remera. Parecía que recién se había levantado de la cama. Tenía una mirada extraña y no parecía muy contento de ver a un extraño parado en la puerta de su casa. "¿Qué quiere?" le preguntó El joven sacó la botella de leche y dijo, "Aquí tiene, esto es para usted." El hombre tomó la leche y corrió por el pasillo hacia adentro hablando en español. Luego vio pasar a una mujer llevando la leche a la cocina. El hombre la seguía cargando un bebé en bazos. El bebé lloraba. 

El hombre tenía los ojos llenos de lágrimas y le dijo casi llorando: "Estábamos orando. Tuvimos que pagar muchas cuentas este mes y nos quedamos sin dinero. No teníamos leche para nuestro bebé . Le estábamos pidiendo a Dios que nos muestre como conseguir leche". La esposa desde la cocina gritó: "Le pedimos que mandara a un ángel con un poco de leche. ¿Es usted un ángel?
 
El joven buscó su billetera, sacó toda la plata que tenía y la puso en la mano del hombre. Dio media vuelta y volvió a su auto. Las lágrimas corrían por su rostro. Se dio cuenta de que Dios todavía contesta nuestras oraciones. Esto es simplemente una prueba.




Noticias Cristianas

RADIO MEPIDES INTERNACIONAL